No hay que ser un visionario, para darse cuenta, que existe un plan, dirigido a la unificación de nuestro país con Haití. El proyecto, ha sido meticulosamente elaborado, para que se cumpla en diferentes fases y poco a poco vaya borrando la línea fronteriza, que separa a las dos naciones.
En la llamada era de la globalización, es cuando más esfuerzo hacen los países desarrollados para evitar la entrada de inmigrantes. En tal sentido, dicho plan fue estructurado para impedir, que los haitianos en su desesperación por sobrevivir, se arriesguen lanzándose al mar para tratar de alcanzar las costas de Puerto Rico, o la Florida y además, para compensar la deuda contraída por casi 20 años de ocupación, por parte de los EEUU, sin aportar nada para impulsar su desarrollo.
Las expresiones de dos de sus ex presidentes lo confirman: Bill Clinton “Hay que buscar solución conjunta” “La solución a los problemas hay que abordarlos de forma conjunta entre RD y Haití, no separado, Jimmy Carter “No se pueden separar”
“Los dos países están atados, no hay forma de separarlos tienen que cooperar entre sí”
Juan Bosch y Joaquín Balaguer también habían denunciado el peligro de la fusión.
En una entrevista con la agencia Inter News Service (INS) en Febrero del 2011, el historiador haitiano y profesor universitario, Reinseinthe Paúl Joseph, quien regreso desde Canadá, para trabajar por la unificación, aseguró que los dominicanos tienen que acostumbrarse a vivir en comunión con los haitianos, porque, según reiteró, “quieran o no”, lo que está al doblar la esquina es la fusión de la isla
Más adelante, en diciembre del 2012, la antropóloga y catedrática universitaria Luz Brito reveló, que ya está conformado el Partido Dominico-Haitiano, advirtiendo, que la inteligencia haitiana está siendo entrenada en Francia, para luego ser enviados a la República, ya que la salvación posible para Haití es presionar para que la comunidad internacional logre persuadir a políticos, ONGs, figuras de los medios, y de la sociedad civil dominicana, para que se destruya la frontera, y que los haitianos entren y salgan desde y hacia República Dominicana sin contratiempo.
En Haití, los dos principales candidatos a la presidencia en las pasadas elecciones fundamentaron sus campañas en la promesa de fusionar los dos países.
Anteriormente, Bill Clinton siendo presidente de los EEUU, en su afán por solucionar la crisis provocada por el golpe de Estado de Raoul Cedras presiono a Balaguer, para que convirtiera nuestro país en un centro de refugiados, para los haitianos, lo cual fue negado, por el astuto viejo zorro, Quien pudo vislumbrar el plan oculto que había detrás, prefiriendo echarse al coloso del norte de enemigo para no traicionar su patria.
Imagínense que hubiese ocurrido, al propagarse la noticia en Haití, donde la mayor parte de la gente, vive en la miseria y carente de los servicios básicos, que al llegar al otro lado les esperaban techos, servicios sanitarios y médicos, comida y protección gratuitas, proporcionados por la ONU, la Cruz Roja y los gobiernos norteamericano y dominicano ¿quién controlaría la estampida?
Hay que ser humanitario, el dominicano siempre se ha distinguido, por ser hospitalario, nunca debemos de convertirnos en un obstáculo, para que cualquier ser humano, encuentre lo que necesita para sobrevivir, no pretendemos propiciar el maltrato, ni el rechazo, a esos infelices, que vienen a nuestro país para no morir de hambre en su tierra. Pero hay que hacerle entender a los propulsores de esta iniciativa, que nosotros no tenemos las capacidad para resolver el problema haitiano, que es necesario implementar nuevas formulas más adecuada.
Después de este fracaso se comenzó a preparar el plan B, consistente en una invasión pacífica.
Un hecho, que es evidente. Solamente hay que ver la gran cantidad de haitianos, que nos han invadidos pacíficamente, contando con el apoyo de autoridades y empresarios de la construcción y la agricultura, pero sobre todo la fragilidad de nuestras leyes migratorias. No existe un solo lugar, sin presencia haitiana. Están por todas partes realizando todo tipo de labores.
Otra fase del proyecto consistió, en la instalación de numerosas ONGs, que cumplen con la función, de difundir todo tipo de informaciones falsas, para presentarnos ante los ojos del mundo, como una sociedad racista, donde se violan los derechos humanos de los inmigrantes. El apoyo internacional les provee los fondos suficientes para sumar adeptos a lo interno, comprando conciencia.
Por eso vemos a tantos comunicadores dominicanos, que les sirven de voceros, expresándose en los medios a favor de la causa haitiana. En contra de los intereses de su propio país. Me imagino, que están siendo muy bien remunerados. Hay que lanzar una campaña para repudiar a todos los traidores
Por otro lado nos traen, miles de haitianas preñadas, solo a parir en los hospitales, para que sus descendientes adquieran la nacionalidad dominicana.
Esta es la razón principal, para que se haya incrementado de manera tan alarmante, la gran cantidad de haitianos y haitianas, que están naciendo en nuestro territorio, por culpa de nosotros mismos, que hemos permitidos que la corrupción administrativa se imponga, sin hacer nada para evitarlo. Ni el personal médico, ni las autoridades, cumplen con el deber de preguntar y confirmar los lugares de residencia, cuyos datos deberían ser inscritos en los registros.
Pero lamentablemente, la sociedad está inmersa en una terrible y angustiosa apatía, que la hace indiferente a todo lo que ocurre. Ha sido engañada tantas y tantas veces, por una clase política, insaciable de riquezas y anti-nacionalista que ya nadie cree en nadie y se vive bajo la consigna de “sálvese quien pueda, olvídese de Patria y de los que vienen atrás”. A cualquier servidor público, que se le ponga dinero en sus manos, se hace de la vista gorda, al pensar que, si no acepto lo hace mi superior
Mientras que, el pueblo haitiano se encuentra unido, en defensa de quienes a ellos les convienen, que obtengan la nacionalidad dominicana, aunque vaya en contra de su propia constitución, la cual establece, que sin importar donde nazca un descendiente haitiano sigue siendo haitiano (jus sanguinis), han activados a sus embajadores, buscando apoyo internacional en esta lucha.
Pero nosotros estamos divididos, como si a nadie le importara lo que pueda suceder. Es que, cuando cunde la desesperanza, nadie se preocupa, en tratar de conservar aquello, que en vez de bienestar solo ha traído el deterioro de la calidad de vida. Donde reina la corrupción y la impunidad, todo se tuerce, se tambalea y si no hay correctivo cae
Parte de la estrategia, ha sido obstaculizar, que se enseñe la historia dominicana, en las escuelas para que olvidemos a nuestros próceres, ni se escuche el himno nacional, ni ondee nuestra insignia tricolor.
Con la extinción del nacionalismo, han quedado las puertas abiertas, para que entren todos sin control. Y es que, el país se ha convertido en una selva, donde el rey León devoró el imperio de la ley, sumiendo toda la sociedad en un caos, que le permita volver a presentarse, como el único salvador.
El plan para la unificación no prosperara, ha quedado al descubierto. El eco de las palabras pronunciadas por Juan Pablo Duarte, continúa repercutiendo, entre muchos dominicanos que están atentos para luchar por impedirlo.
¡LA REPÚBLICA DOMINICANA SERA LIBRE O SE HUNDE LA ISLA!