A PUNTO DEL SUICIDIO MUJER DROGADICTA OYE LA VOZ DE UN ANGEL QUE LE DICE “NO TE DES POR VENCIDA”

Cuando las cosas se ponen difíciles, algunas personas recurren a la oración, mientras que otros van por mal camino y terminan siendo adictos a las drogas. Anneshia Freeman era uno de los que estaban perdidos, pero finalmente encontró el camino de regreso a Dios.

Desde la infancia, la vida ha sido difícil para Freeman. Ella tenía un padre ausente y una madre con esquizofrenia. Que sufre de una enfermedad mental, su madre presentó la fe cristiana a ella de una manera distorsionada.

“Yo tenía una relación personal con Dios, pero estaba distorsionada. Pedí a Dios que entra en mi corazón cuando tenía siete u ocho años. Le dije a mi madre  estaba tan feliz, pero ella era un fanática religiosa. Ella . tuvo una relación en la que debería ser perfecto  llegué a la adolescencia, pensé, ‘¿por qué debería seguir intentando’ “, dijo.

Cuando Freeman fue a la escuela, se convirtió en rebelde hasta el punto de cruzar la línea. Descubrió las drogas y la vida escolar prácticamente abandonada. Después de su graduación, las cosas continuaron a ir cuesta abajo.

“Estaba viviendo en Chicago cuando mi adicción me atrapo. Solía fumar marihuana, beber alcohol y de vez en cuando inhalación de cocaína. Dejé de pagar las facturas. Todo mi dinero empezó a ir sólo por la cocaína”, recuerda.

Desde hace 12 años, que vivía en las calles, donde se convirtió en una víctima de abuso sexual. Un día, cuando el dolor parecía insoportable, decidió suicidarse en una estación de autobuses. Sin embargo, lo que sucedió después cambió su vida para siempre.

“Estaba pensando en mi salto a la muerte cuando un hombre detrás de mí, me dijo.” No te atrevas a renunciar ‘ Creo que el hombre era un ángel. No sé quién era, pero me estaba preparando para salir de este mundo “, dice.

“Me impresionó, quiero decir, que hay un Dios ahí fuera que se preocupa por una prostituta  en la grieta, que se prepara para quitarse la vida. Dios me habló por alguien que no me conocía y no sabía lo que pasaria “, continuó.

Desde ese incidente, Freeman ha sido transformada su vida. Ella va a la iglesia con regularidad y sigue creciendo en la fe en Dios.