22 de marzo de 2013: Según los
científicos responsables del hallazgo, “Una túnica de lana de época
previkinga, encontrada junto a un glaciar en deshielo en el sur de
Noruega, muestra cómo el calentamiento global se está convirtiendo en
una bendición para la arqueología”.
Lars Piloe, un arqueólogo danés que
trabaja en los glaciares noruegos explicó que: “La holgada prenda de
color marrón grisáceo, adecuada para una persona de 1,76 metros de
altura, fue encontrada a 2.000 metros sobre el nivel del mar en lo que
podría haber sido una ruta comercial de la época romana en el sur de
Noruega. La datación por radiocarbono mostró que fue fabricada en torno
al 300 d.C”.
“Es una pena que se estén descongelando los glaciares, pero es algo emocionante para los arqueólogos”.
“Un guante y un bastón ornamentado
vikingos del 800 d.C., un zapato de cuero de la Edad de Bronce y
antiguos arcos y cabezas de flechas utilizados para cazar renos están
también entre las 1.600 piezas encontradas en las montañas del sur de
Noruega desde que el deshielo se acelerase en 2006. Esto es sólo el
comienzo”.
El descubrimiento en 1991 de Otzi, un
hombre prehistórico que deambulaba por los Alpes hace 5.300 años entre
Austria e Italia, es el hallazgo más famoso encontrado en un glaciar. En
los últimos años, apareció material arqueológico desde Alaska hasta los
Andes, en muchos casos debido al deshielo de los glaciares.
La fusión está causada por el cambio
climático, provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero de
origen humano a partir de la quema de combustibles fósiles.
Según los arqueólogos: “la túnica
mostraba que el glaciar Lendbreen de Noruega, donde fue encontrada, no
era tan pequeño desde el 300 d.C. Con la exposición al aire, los tejidos
antiguos sin tratar pueden desintegrarse en semanas a causa de los
ataques de insectos y bacterias”.
Marianne Vedeler, una experta
conservadora del Museo de Historia Cultural de Noruega dijo: “La túnica
estuvo bien utilizada, fue reparada varias veces”.
“La túnica está hecha de lana de oveja
con un adorno de diamante ennegrecido con el tiempo. Sólo un puñado de
túnicas similares sobrevivieron tanto tiempo en Europa”.
Los expertos en Oslo se preguntan: “por qué alguien dejaría una cálida túnica en un glaciar”.
Y presumen que: “Una posibilidad es que
el propietario padeciera una hipotermia en una tormenta de nieve, que en
algunas ocasiones provoca la falsa sensación de calor que lleva a
quitarse ropa a los que la sufren”.
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