La Policía Nacional de Haití detuvo hoy en Puerto Príncipe a entre 20 y 50
paramilitares que participaban en un desfile sin autorización, informó a Efe una
fuente de este cuerpo.
Los arrestos se produjeron a primeras horas de la noche en la zona de Carrefour (periferia sur) ante los intentos de los paramilitares, algunos de ellos armados, de llegar hasta el centro de la ciudad.
Desde hace semanas grupos de personas uniformadas reclaman la reinstauración del ejército, disuelto en 1995, y el pago de pensiones, aunque según el Gobierno, solo el 3 % de ellos son antiguos militares y el resto son jóvenes que se les han unido.
Entre los participantes en la marcha había jóvenes y mujeres, que no formaban parte del antiguo ejército haitiano.
Los uniformados realizaron un desfile con motivo de la Fiesta de la Bandera, que conmemora el surgimiento de la enseña haitiana.
La Policía confiscó dos vehículos durante la operación, que se extendió hasta el centro de la ciudad y provocó escenas de pánico, según la fuente.
Aunque los arrestos fueron realizados por la Policía, los testigos dijeron a Efe que fuerzas de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) se desplegaron en la zona con varios tanques.
El Gobierno pidió a la Policía hace cerca de un mes que detuviera las acciones de estos grupos paramilitares e incluso el presidente del país, Michel Martelly les pidió que dejaran las armas.
Entre los compromisos electorales de Martelly figura la creación de una fuerza, cuya naturaleza y funciones están por definir, que deberá sustituir a la Minustah, fuerza que en la actualidad lleva a cabo una reducción gradual de sus integrantes.
El primer ministro de Haití, Laurent Lamothe, dijo la pasada semana en una entrevista con Efe que la existencia de grupos de paramilitares en el país es "completamente inaceptable" y aseguró que "en pocas semanas ninguno de ellos" seguiría en las posiciones que ocupan en la actualidad.
Los supuestos militares, que podrían ser más de 2.000, están armados, en muchos casos con pistolas de varios calibres y escopetas de calibre 12, y se les ha visto efectuando controles en las calles y regulando el tráfico.
Según fuentes de inteligencia militar, estos grupos, financiados por sectores adinerados del país, constituyen una amenaza para la seguridad de Haití, ya que en caso de conflicto "tienen el apoyo de amplios sectores de la población".
Los arrestos se produjeron a primeras horas de la noche en la zona de Carrefour (periferia sur) ante los intentos de los paramilitares, algunos de ellos armados, de llegar hasta el centro de la ciudad.
Desde hace semanas grupos de personas uniformadas reclaman la reinstauración del ejército, disuelto en 1995, y el pago de pensiones, aunque según el Gobierno, solo el 3 % de ellos son antiguos militares y el resto son jóvenes que se les han unido.
Entre los participantes en la marcha había jóvenes y mujeres, que no formaban parte del antiguo ejército haitiano.
Los uniformados realizaron un desfile con motivo de la Fiesta de la Bandera, que conmemora el surgimiento de la enseña haitiana.
La Policía confiscó dos vehículos durante la operación, que se extendió hasta el centro de la ciudad y provocó escenas de pánico, según la fuente.
Aunque los arrestos fueron realizados por la Policía, los testigos dijeron a Efe que fuerzas de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) se desplegaron en la zona con varios tanques.
El Gobierno pidió a la Policía hace cerca de un mes que detuviera las acciones de estos grupos paramilitares e incluso el presidente del país, Michel Martelly les pidió que dejaran las armas.
Entre los compromisos electorales de Martelly figura la creación de una fuerza, cuya naturaleza y funciones están por definir, que deberá sustituir a la Minustah, fuerza que en la actualidad lleva a cabo una reducción gradual de sus integrantes.
El primer ministro de Haití, Laurent Lamothe, dijo la pasada semana en una entrevista con Efe que la existencia de grupos de paramilitares en el país es "completamente inaceptable" y aseguró que "en pocas semanas ninguno de ellos" seguiría en las posiciones que ocupan en la actualidad.
Los supuestos militares, que podrían ser más de 2.000, están armados, en muchos casos con pistolas de varios calibres y escopetas de calibre 12, y se les ha visto efectuando controles en las calles y regulando el tráfico.
Según fuentes de inteligencia militar, estos grupos, financiados por sectores adinerados del país, constituyen una amenaza para la seguridad de Haití, ya que en caso de conflicto "tienen el apoyo de amplios sectores de la población".
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