Estudiante de Harvard asegura haber descubierto el retrato del célebre actor estadounidense Sylvester Stallone en un fresco del pintor renacentista Rafael en un palacio de El Vaticano.
Se dice, no sin humor, que todos tenemos un doble que anda por el mundo, una persona sin ninguna relación natural ni de parentesco pero que es idéntica físicamente a nosotros. Famosa e inquietantemente, Edgar Allan Poe hizo de esta creencia uno de sus cuentos más terroríficos, “William Wilson”, haciendo del doppelgänger una especie de entidad persecutoria y siniestra.
En esta ocasión, sin embargo, el asunto es mucho más liviano e incluso con cierta posibilidad de humor. Todo inicia cuando un estudiante de Harvard viajó a Italia, específicamente a El Vaticano, y recorriendo las indescriptibles obras de arte que ahí se conserva, descubrió que en uno de los frescos más célebres del pintor renacentista Rafael, uno de los retratados guarda una semejanza increíble con la persona que menos se asociaría con todo este contexto de arte y refinamiento: el actor estadounidense Sylvester Stallone.
Anthony Zonfrell, de 20 años, descubrió al hombre detrás de Rambo y Rocky en “Las virtudes cardinales y teologales”, un fresco que Rafael concluyó en 1511 en el llamado Palacio Apostólico de El Vaticano, la residencia oficial del papa. Como su nombre lo indica, la pintura es una representación alegórica de las siete virtudes ―prudencia, fortaleza, justicia y templanza, las cardinales; fe, esperanza y caridad, las teologales― que en la doctrina católica se presentan como ejes rectores del comportamiento humano.
“Las virtudes cardinales y teologales”, por cierto, forma parte de la misma época, serie y lugar que “La Escuela de Atenas”, uno de los frescos más famosos de Rafael y sin duda uno de los mejor logrados.
“La Escuela de Atenas” (Detalle)
En cuanto al parecido entre el anónimo modelo de Rafael y el ahora sexagenario histrión, quizá sea una broma de la vida o de la realidad, una demostración de que la matriz de rasgos fisonómicos es limitada y que, por probabilidad, quizá bastan pocos siglos para que la apariencia física de una persona vuelva a tener la forma que alguna vez ya tuvo.
El hecho recuerda dos fotografías por las cuales los también actores hollywoodenses John Travolta y Nicolas Cage parecen ser reencarnaciones de personajes que vivieron hace cientos de años
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