Lola dejó solo a Mikie el rottweiler- VÍDEOmartes, 29 de enero de 2013
Bárbara J. Figueroa Rosa / bfigueroa@primerahora.com
Entre la alegría que representó para muchos el retorno de la perrita Lola a su hogar, hubo una mirada triste: Mikie, el guapo rottweiler que se convirtió en su fiel compañero durante el cautiverio que sufrió durante los 12 días que estuvo ingresada en el Centro de Control y Adopción de Animales de San Juan.
Y es que Mikie –como cariñosamente
bautizaron en el centro al gigante animal de hermosa cabellera negra– solía ser un perro deprimido, cabizbajo y hasta inapetente hasta que conoció a la vivaracha Lola.
“Él llegó días antes que ella, es un perro rescatado en una casa abandonada. Estaba deshidratado, flaquito, desanimado. Se pasaba acostado en su jaula... hasta que llegó Lola. Lola con su ímpetu y energía logró que se levantara, que camine de lado a lado y hasta se ladran uno al otro”, contó a Primera Hora Mariangely Gely, administradora del lugar donde diariamente se reciben un mínimo de 30 animales (gatos y perros), la mayoría en estado crítico de salud.
La dueña de Lola, Myrna Cusman, era consciente del apego y cariño que comenzaba a surgir entre los perros. Por eso ayer, quiso dejarle un lindo recuerdo a Mikie, quien espera sea adoptado pronto por una familia amorosa y dispuesta a reavivar su ánimo.
“Lola le dejó su hueso de juguete... y sus mantitas para que se acurruque en ellas”, expresó Cusman sobre la emotiva despedida que tuvo Lola del lugar del que fue liberada tras una orden emitida por la fiscal de distrito de San Juan, Melissa Vázquez, quien certificó que no se encontró causa para radicar cargos criminales contra la dueña del perro que aparenta ser de la raza pit bull y que fue incautada por un agente de apellido Chatarro bajo el argumento de que “era un peligro para la sociedad”. Los pit bulls son una raza de perros, cuya posesión , adquisición, crianza y venta está prohibida en Puerto Rico a través de la Ley 158.
De nuevo en casa
Lola ya le tiene echado el ojo a otro. Se trata de Checo, el perrito con el que se ha criado en la casa de su ama, en Puerto Nuevo.
“Fue maravilloso su regreso a casa. Pero, más increíble fue que Lolita fue puro amor con su amiguito Checo, que es mi otro perrito. Estaban bien felices y alegres. Ellos se quieren mucho ”, expresó Myrna sobre los primeros instantes de Lola, cuando retornó a su hogar.
Según la joven, la perrita está un poco retraída, pero está confiada que con el pasar de los días su ánimo mejore.
“Está contenta, pero bien tranquilita, metida en su casita. No está corriendo todo el tiempo, como en general es ella. Pero sé que es porque estuvo muchos días encerrada. De seguro, poco a poco se volverá a liberar”, dijo sobre la perrita que le fue regalada por una amiga, hace un año y siete meses.
“La cogí chiquitita... y desde el primer día es la misma: una perra supercariñosa y obediente. Yo te diría que es más cariñosa de lo que a veces quisiera”, dijo en tono de broma sobre Lola, quien es catalogada por su dueña como “sata”, aunque tiene apariencia muy similar a la de un pit bull.
Precisamente, en estos casos es el Departamento de Agricultura la agencia que, mediante estudios –incluidas pruebas de ADN–, debe certificar a qué raza pertenece el can. Es en Agricultura que, también, recae la responsabilidad de aplicarle eutanasia al perro, si se tratase de un pit bull, según lo dispone la Ley.
En cambio, actualmente hay vigente una amnistía firmada por el ex gobernador Luis Fortuño que suspende hasta agosto de 2013 cualquier orden de eutanasia en virtud de la Ley. La promesa, por el entonces gobernador era evaluar el Proyecto de la Cámara 2376, que pretendía derogar la sección 5 de la Ley 158, la cual prohíbe la tenencia de pit bulls en Puerto Rico. Fortuño nunca evaluó el proyecto el cual quedó en el limbo.
“Ahora es que comienza la verdadera lucha. Lo que pasó con Lolita no se puede quedar aquí. Esta situación fue bien injusta y discriminatoria contra nosotros por el mero hecho de que ella pueda ser pit bull... discriminatoria... no hubo elementos para decir que ella era una amenaza. La perra nunca mordió a alguien, ni se metió con nadie. Al contrario, es una perra bien sociable. Por eso debemos seguir movilizándonos para derogar parte de lo que dispone la Ley 158 ”, expresó. De hecho, en presencia de Primera Hora, Lola tuvo un comportamiento dócil y respondió a los comandos que le dio su ama como, por ejemplo, saludar con su patita y sentarse.
Este pensamiento de lucha, es compartido con la designada secretaria del Departamento de Agricultura, Myrna Comas Pagán, quien se mostró a favor de apoyar el proyecto presentado el cuatrienio pasado en la Cámara Baja por el representante Eric Correa.
Comas Pagán aseveró que la agencia “habrá de utilizar los servicios veterinarios a los únicos fines de identificar los perros de raza pit bull pero, sin aplicar la eutanasia a lo cual nos oponemos totalmente”.
De hecho, la Secretaria dijo que algunas disposiciones de la Ley en controversia resultan “contradictorias” con la política pública establecida por la Ley 154 para la Protección y Bienestar de los Animales.
“Por otra parte, nos proponemos continuar con la amnistía que ha estado vigente desde la pasada administración hasta que ambos cuerpos legislativos aprueben la medida (2376)”, aseveró.
Hay otros grupos que también apoyan que se derogue la Ley 158, entre ellos el que dirige José Román, fundador de Big Dog Rescue, organización que se dedica al rescate de perros, particularmente de pitbulls.
Según Román, “desde el 1999, tenemos una lucha a través del movimiento Free Pit bull. Ya es hora que la ley deje de ser injusta con los animales de esta raza. La ley debe ir contra los dueños que son negligentes e irresponsables y entrenan a estos perros para convertirlos en agresivos”.
En realidad, es indignante el prejuicio que hay contra los pit bulls. Si Lola fuera un chihuahua, no le hacían nada”, había expresado.
El portavoz del Colegio de Médicos Veterinarios de Puerto Rico, Miguel Rivera, también manifestó la postura de la organización mediante un comunicado de prensa en el que se catalogó como “vicios” algunos puntos del estatuto, del que favorecen su derogación.
“Mientras instituciones como la nuestra y otras que buscan incansablemente impulsar legislación que atienda tanto el bienestar animal como la protección de la salud pública, muchos dueños siguen atravesando por la difícil situación de tener que defender la vida de sus mascotas aun cuando estas no hayan atacado a nadie. Aunque ninguna raza debería ser discriminada y mucho menos sin fundamento científico, para determinar si un can pertenece a determinada raza es preciso que un veterinario le realice pruebas de ADN”, se precisó.
Los hechos de este caso se remontan al pasado 17 de enero, cuando Lola escapó de su hogar, mientras su ama, una artesana de profesión, vendía sus obras en las fiestas de la calle San Sebastián.
Una vecina alertó a las autoridades, propiciando la llegada al lugar de un agente, quien presuntamente amenazó a la dueña de la perra con radicarle cargos criminales si no accedía firmar la entrega de la mascota para que se le aplicara eutanasia. Además, según indica Cusman, le dijo que se le aplicaría una multa de $5,000 y hasta la posibilidad de una sentencia de un año de cárcel.
Fue entonces que la “mamá” adoptiva de Lola, y sus amistades, dieron a conocer el caso a través de redes sociales como Twitter y Facebook, donde de inmediato surgieron grupos de apoyo como “Todos somos Lola” y “Free Lola”.
Figuras públicas como la actriz Roselyn Sánchez y la alcaldesa de la capital, Carmen Yulin Cruz, también mostraron su apoyo.
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