sábado, 29 de octubre de 2011

Los ladrones cargan con todo en el país


 
En República Dominicana los ladrones lo transgreden todo. Con el mismo atrevimiento suelen cargar la más insólita propiedad privada (un avión) o el más valioso de los patrimonios públicos (el busto de Duarte).
Para muestra basta recordar a los delincuentes que en agosto desmantelaron la estructura metálica de un puente de la carretera que comunica a Haina y San Cristóbal, y, sin el menor disimulo, vendieron las piezas en la misma comunidad, según la Procuraduría General de San Cristóbal, que calificó el hecho como una afrenta contra la seguridad del Estado.

A mediados de septiembre, la capacidad de asombro de la población volvió a ponerse a prueba desde el emblemático Faro a Colón, donde hurtaron un arcabuz del siglo dieciséis, valorado en RD$30 millones. Al principio se dijo que un grupo de personas participó en la extracción de la pieza histórica. Pero la Policía terminó recuperándola en una de las aceras de la autopista Las Américas, después de que un hombre identificado como Freddy Vicioso la dejara abandonada durante un proceso de persecución.

Tamaña sorpresa se encontró la población del Distrito Nacional en agosto del 2007, al ver que un día la estatua de bronce del general Máximo Gómez, banilejo que lideró las luchas independentistas de Cuba, amaneció sin una de sus partes. Por tercera ocasión, algún “desaprensivo” (sinvergüenza) se alzó con el machete del guerrero internacionalista, a fin de venderlo en el mercado local.

Durante el transcurso del 2010, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), la Dirección General de Aduanas (DGA) y las empresas telefónicas tuvieron que ponerse a una para enfrentar a las bandas que estaban desmantelando el alambrado eléctrico y de comunicaciones en diferentes ciudades del país. Los ladrones de alambre anualmente provocaban pérdidas de más de RD$200 millones a las distribuidoras de electricidad, según la CDEEE, pero también los robos afectan a las empresas telefónicas. En septiembre del 2008, la estatua de Neptuno desapareció de las costas de Puerto Plata. Semanas después las autoridades encontraron la obra de bronce cercenada y lista para ser vendida.
Patricios y alcantarillas
Ni los próceres de la República se salvan de las manos insolentes del ladrón. Desde diferentes parques de ciudades y pueblos se han reportado sustracciones de bustos de Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria. El caso más reciente fue el de Villa Jaragua, en la provincia Bahoruco. Se llevaron el busto de Duarte a pesar de estar construido en yeso, un material corriente y sin valor económico importante, pero lo que engañó a los ladrones era que la pieza estaba pintada color oro.

La imagen del general Gregorio Luperón, máximo dirigente de la Guerra de Restauración, la “ultrajaron” a principios de año en la Plaza Independencia de Puerto Plata, su ciudad natal. Personas no identificadas se encargaron de quitarle la placa metálica de identificación, así como las letras de bronce de las palabras “sacramentales” establecidas en el Juramento Trinitario: Dios, Patria y Libertad.

Lo de las alcantarillas de Santo Domingo es una historia que no se acaba. Peatones y vehículos caen continuamente en ellas porque las tapas de hierro que les coloca el Ayuntamiento o la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) van a parar al mercado ilegal de metales. El problema se ha denunciado cientos de veces, pero parece que el sigilo delictivo escapa a la capacidad de persecución de las autoridades.

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