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Dicha flatulencia además de ser tremendamente ruidosa también resultó oler muy fuerte, el niño había desayunado esa mañana un bollicao y un zumo de melocotón del Mercadona y eso combinado con las lentejas y el chorizo resultó ser un coctel explosivo. La heredera al trono se sintió tremendamente ofendida tras tal acto y al llegar a casa se lo comunicó a sus padres.
Los reyes contactaron con sus abogados para interponer una querella contra el menor por injurias a la corona y enaltecimiento al terrorismo flatulento. Miguelito, así se llama el chaval, no irá a la cárcel por ser todavía menor de edad, pero sí que pasará una larga temporada en un centro de menores donde deberá aprender a controlar sus gases de rojo comunista y republicano.