Comidas, bebidas, arbolito, santa Claus, Reyes Magos, fiestas, bailes, jolgorios, decoraciones, regalos etc… Es esa la verdadera navidad?.
Llegado el mes de diciembre todas las vidrieras cambian. Sin importar qué lugar del mundo sea, la nieve artificial y un gran árbol con relucientes bolas de colores y la infaltable estrella es el centro de la atención.
Hasta nuestro ánimo cambia. Sin importar los problemas por los que pasamos, corremos a comprar algún regalo para los seres queridos. Colgamos adornos en nuestra casa. Buscamos un buen lugar para el pequeño pesebre y comenzamos a pensar qué habremos de comer.
El ruido de pirotecnia no deja descansar a los pájaros y la expectación de los fuegos artificiales gana la curiosidad de los niños.
Los planes para cenar en familia muchas veces provocan cruces de opiniones ¿quién va a cenar a donde? ¿por qué no vienen ellos acá? ¿Otra vez cenar allí?. Tantos planes para comer demasiado. Para consumir en un día las calorías que evitamos durante todo un año.
Las fiestas. Las tan esperadas fiestas. Las mismas fiestas que provocan el mayor índice de suicidios al igual que los domingos a la tarde. La soledad. La tan temida soledad.
Corridas, bullicio, gastos innecesarios. Todo pasa rápido. Demasiado rápido. Tan rápido que lo más importante pasa inadvertido. Y más que importante es elemental ya que es el origen de la navidad.
Aquel que dejó su trono de gloria eterna y nació en un establo sigue mirando como planeamos las navidades. Mira desde el cielo como pensamos en el menú y en los regalos. Y sigue mirando como nos olvidamos de El.
¿Que sería de la navidad sin el nacimiento de JESUS? ¿Qué celebraríamos?
Yo tengo una propuesta. RECOBREMOS EL VERDADERO SENTIDO DE LA NAVIDAD.
¿Qué sentido tiene un arbol?
Ni siquiera la biblia lo menciona. Pero si menciona a JESUS. Armemos un pesebre. Si no podemos conseguir uno, aunque sea dibujarlo y ponerlo en el centro de nuestra mesa navideña. Con ese pesebre, contémosle a nuestros hijos lo que dice la biblia sobre el nacimiento del Rey de Reyes. No nos detengamos en la historia de los magos (que no sabemos realmente cuantos eran ni como se llamaban.). Contemos la historia de JESUS.
Que al levantar nuestras copas el 24 a la noche y desear feliz navidad
Llegado el mes de diciembre todas las vidrieras cambian. Sin importar qué lugar del mundo sea, la nieve artificial y un gran árbol con relucientes bolas de colores y la infaltable estrella es el centro de la atención.
Hasta nuestro ánimo cambia. Sin importar los problemas por los que pasamos, corremos a comprar algún regalo para los seres queridos. Colgamos adornos en nuestra casa. Buscamos un buen lugar para el pequeño pesebre y comenzamos a pensar qué habremos de comer.
El ruido de pirotecnia no deja descansar a los pájaros y la expectación de los fuegos artificiales gana la curiosidad de los niños.
Los planes para cenar en familia muchas veces provocan cruces de opiniones ¿quién va a cenar a donde? ¿por qué no vienen ellos acá? ¿Otra vez cenar allí?. Tantos planes para comer demasiado. Para consumir en un día las calorías que evitamos durante todo un año.
Las fiestas. Las tan esperadas fiestas. Las mismas fiestas que provocan el mayor índice de suicidios al igual que los domingos a la tarde. La soledad. La tan temida soledad.
Corridas, bullicio, gastos innecesarios. Todo pasa rápido. Demasiado rápido. Tan rápido que lo más importante pasa inadvertido. Y más que importante es elemental ya que es el origen de la navidad.
Aquel que dejó su trono de gloria eterna y nació en un establo sigue mirando como planeamos las navidades. Mira desde el cielo como pensamos en el menú y en los regalos. Y sigue mirando como nos olvidamos de El.
¿Que sería de la navidad sin el nacimiento de JESUS? ¿Qué celebraríamos?
Yo tengo una propuesta. RECOBREMOS EL VERDADERO SENTIDO DE LA NAVIDAD.
¿Qué sentido tiene un arbol?
Ni siquiera la biblia lo menciona. Pero si menciona a JESUS. Armemos un pesebre. Si no podemos conseguir uno, aunque sea dibujarlo y ponerlo en el centro de nuestra mesa navideña. Con ese pesebre, contémosle a nuestros hijos lo que dice la biblia sobre el nacimiento del Rey de Reyes. No nos detengamos en la historia de los magos (que no sabemos realmente cuantos eran ni como se llamaban.). Contemos la historia de JESUS.
Que al levantar nuestras copas el 24 a la noche y desear feliz navidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario