Maricel Seeger Buenos Aires. EFE.
Un médico argentino desató una controversia que le puede costar la
matrícula al declararse inventor de un método inédito que cura “el mal
de amores” en unas “pocas sesiones” a base de electrodos y terapias
orientales. “Ningún tipo de medicamento actúa sobre las emociones, no
existe esta especialidad. Para poder soluciones estos sentimientos
negativos utilizo los electrodos con un aparato que estimula los puntos
de acupuntura y equilibra la energía del cuerpo”, describió a Efe el
médico cirujano Roberto Aguirre Soler, quien reside en la central
provincia argentina de Córdoba. El polémico profesional, de 66 años,
aplica el método denominado “neurostress”, con el que, según afirma, se
pueden olvidar las penas por romper con la pareja, la desazón por el
amor no correspondido o cualquier otra “emoción negativa”, como la
envidia, el miedo o el odio, “sin el uso de medicaciones".
“Uso componentes de la medicina china, trabajo con imágenes, palabras positivas, aromaterapia y música. Cada paciente tiene que concentrarse en el acontecimiento que enfrentó y escribir sobre sus emociones. A medida que avanzan las sesiones se revisa si hay algún cambio sobre lo escrito”, relata Aguirre Soler. Las declaraciones del médico, que aseguró haber atendido numerosos pacientes con este método, causaron un revuelo en Córdoba, donde el Consejo Médico de la provincia investiga el caso para determinar si corresponde aplicarle una sanción, que puede contemplar la suspensión de su matrícula. Fuentes del Consejo confirmaron que Aguirre Soler cuenta con matrícula de médico, pero estudian si el método del profesional tiene asidero científico. Por lo pronto, el médico reconoció que transgredió las normas éticas de la profesión al haber publicado inicialmente en su página web que sólo son necesarias tres sesiones para la cura del “mal de amores”, lo cual fue quitado luego de haberse desatado la polémica.
“Es una falta en el código de ética médica. No es algo matemático, no se puede decir en cuantas sesiones llega la cura. Quizás uno lo soluciona en una y otro quizás necesita tres, pero en general se necesitan pocas sesiones”, admitió Aguirre Soler, quien aseguró cobrar 100 pesos (24 dólares) en la primera consulta y que devuelve el dinero en caso de que el cliente no halle resultados. Para el filósofo Mario Bunge, el curioso tratamiento “es una estafa” que resulta una alternativa “más rentable que ponerse al día en medicina, estudiar o ir a los hospitales”, sentenció. “Al que sufre mal de amores yo le aconsejaría que busque una pareja o escriba un tango”, ironizó Bunge días atrás a medios locales. Sin embargo, Aguirre Soler insistió en que ha investigado durante ocho años su método e incluso esgrimió una explicación científica para argumentar su aplicación.
“Las emociones son neurotransmisores que, cuando son negativas, producen la hormona cortisol. Cuando hay un desequilibrio emocional ante un shock y el subconsciente se carga de emociones negativas puede llegar a causar enfermedades psicosomáticas. Este tratamiento elimina esta sensación negativa porque el cuerpo humano tiene un sistema inmunológico emocional”, sostuvo. El médico señaló incluso que no requiere de la matrícula profesional para llevar adelante su sistema porque no receta medicamentos. Aguirre Soler parece anticiparse a una eventual decisión del Consejo Médico.
“Uso componentes de la medicina china, trabajo con imágenes, palabras positivas, aromaterapia y música. Cada paciente tiene que concentrarse en el acontecimiento que enfrentó y escribir sobre sus emociones. A medida que avanzan las sesiones se revisa si hay algún cambio sobre lo escrito”, relata Aguirre Soler. Las declaraciones del médico, que aseguró haber atendido numerosos pacientes con este método, causaron un revuelo en Córdoba, donde el Consejo Médico de la provincia investiga el caso para determinar si corresponde aplicarle una sanción, que puede contemplar la suspensión de su matrícula. Fuentes del Consejo confirmaron que Aguirre Soler cuenta con matrícula de médico, pero estudian si el método del profesional tiene asidero científico. Por lo pronto, el médico reconoció que transgredió las normas éticas de la profesión al haber publicado inicialmente en su página web que sólo son necesarias tres sesiones para la cura del “mal de amores”, lo cual fue quitado luego de haberse desatado la polémica.
“Es una falta en el código de ética médica. No es algo matemático, no se puede decir en cuantas sesiones llega la cura. Quizás uno lo soluciona en una y otro quizás necesita tres, pero en general se necesitan pocas sesiones”, admitió Aguirre Soler, quien aseguró cobrar 100 pesos (24 dólares) en la primera consulta y que devuelve el dinero en caso de que el cliente no halle resultados. Para el filósofo Mario Bunge, el curioso tratamiento “es una estafa” que resulta una alternativa “más rentable que ponerse al día en medicina, estudiar o ir a los hospitales”, sentenció. “Al que sufre mal de amores yo le aconsejaría que busque una pareja o escriba un tango”, ironizó Bunge días atrás a medios locales. Sin embargo, Aguirre Soler insistió en que ha investigado durante ocho años su método e incluso esgrimió una explicación científica para argumentar su aplicación.
“Las emociones son neurotransmisores que, cuando son negativas, producen la hormona cortisol. Cuando hay un desequilibrio emocional ante un shock y el subconsciente se carga de emociones negativas puede llegar a causar enfermedades psicosomáticas. Este tratamiento elimina esta sensación negativa porque el cuerpo humano tiene un sistema inmunológico emocional”, sostuvo. El médico señaló incluso que no requiere de la matrícula profesional para llevar adelante su sistema porque no receta medicamentos. Aguirre Soler parece anticiparse a una eventual decisión del Consejo Médico.