UAN DOLIO, San Pedro de Macorís.-El siguiente es el testimonio de Marlene Antoine, ciudadana haitiana de 34 años, que vive en el barrio El Tanque de esa localidad, sobre lo que le pasó durante un operativo de redadas de repatriación masiva llevado a cabo por agentes policiales y de Migración.
"A las 6 de la mañana del día 14 de mayo, vi un grupo de guaguas dando vueltas en la comunidad. De ellas se bajaron unos guardias que empezaron a romper las puertas de algunas casas. Cuando llegaron a la mía dijeron ¡Migración, tú pasaporte y cédula!
Les entregué el pasaporte y me dijeron que tenía que pagar, mientras dos de los guardias entraron a mi casa y se llevaron todos los cuartos que había vendido el día anterior en mi negocio. Ese es un dinero que cogí prestado del Banco Popular, y que cada mes debo ir a pagar.
Yo estoy legal y mi esposo es dominicano, les dije. Él tiene cédula y yo pasaporte porque soy haitiana. Ellos me respondieron que hacía 4 meses se había vencido el plazo para pagar un impuesto, a pesar de que yo tengo mi visa hasta diciembre de este año. Yo le contesté que si ese era el problema, que me llevaran a Migración y yo iba a pagar lo que debía.
Dijeron que sí, pero no me dieron tiempo de cerrar mi colmado ni de asegurar mi casa. Me llevaron con mi hijo al Centro de Detención de Haina. Allá mi hijo resbaló y se partió la cabeza mientras los guardias nos amenazaban:
- ¡A mí no me importa tu hijo, que se mueran todos los haitianos aquí. Yo no voy a joder con haitianos, lo que voy a hacer es pegarle fuego a ustedes!, dijo uno de los guardias.
- Pero tú eres padre también, mira como mi hijo está sangrando por la cabeza. ¡Por favor, llévame al médico con el niño! Yo estoy legal, ¡no me maltrates así!
Solo hasta el día siguiente me llevaron al hospital donde cosieron a mi hijo y le recetaron antibióticos. Como no tenía dinero –todo se lo habían llevado los guardias- les pedí a ellos mismos que me compraran la receta, pero no lo hicieron. Me llevaron de regreso al Centro de Detención de Haina y luego a Migración, donde tuve que pagar mil pesos de impuesto, y después me dejaron libre.
En el Centro de Detención de Haina
Allá no te dan ni agua ni te dan de comer. Ellos agarran y cocinan un chin de arroz blanco, vacío y medio crudo. Cuando pedimos que nos regalaran agua, nos dijeron:
- ¡No!, ¡Y no jodan tanto, se pueden matar todos, ustedes no son gente!
Y yo ahí en el piso con mi hijo de 3 años, una mujer preñada, gente que tenía ahí como 7 días trancados, pasando miseria.
Ahora yo me pregunto, si estoy legal, pagando cada año 200 dólares más los impuestos, con más de 28 años viajando a la República Dominicana para trabajar como comerciante, ¿por qué me irrespetan de esa forma?"