Una extraña enfermedad hace que una niña de nueve años de edad conserve los rasgos faciales y corporales de un bebé de pocos meses.
Gabby Williams tiene una rara enfermedad que comparte solo con unas cuantas personas en el mundo y que ralentiza su tasa de envejecimiento.
Durante los últimos dos años, el médico investigador Richard F. Walker trata de encontrar el “interruptor apagado genético” para detener el proceso de envejecimiento en Gabby, así como en otras dos personas que presentan sorprendentes similitudes.
De acuerdo con Walker, las personas que padecen este tipo de enfermedades no solo tienen una tasa de crecimiento de una quinta parte de la velocidad de los demás, sino que viven con una gran variedad de problemas médicos como sordera, incapacidad para caminar, comer o hablar.
Según explicó el investigador, los cambios fisiológicos, o lo que él llama “inercia de desarrollo”, es esencial para el crecimiento humano. “Cuando nos desarrollamos, todas las piezas de nuestro cuerpo se unen, cambian y se coordinan. De lo contrario, sería un caos”, explicó el experto.
En una de las personas que Walker estudió encontró daños en uno de los genes que causan la inercia de desarrollo, un hallazgo que, según señaló, es significativo. Asimismo, el médico indicó que se sospecha que las mutaciones están en los genes reguladores del segundo cromosoma X femenino.
“Si pudiéramos identificar el gen y luego en la edad adulta detener la inercia de desarrollo, encontrar un interruptor de apagado, al hacerlo se produciría una perfecta homeostasis y seríamos biológicamente inmortales”, reveló.
No obstante, Walker señaló que ello no significaría que la gente nunca vaya a morir, pues las enfermedades y los accidentes continuarían terminando con la vida humana.