Para comentar sobre los efectos negativos que puede generar la intromisión de los jóvenes y niños en esta realidad, con la cual muchos de ellos han crecido, la psicóloga de Clínica Vespucio María José Ossa se refiere a los temas con lo que hay que tener cuidado y entrega algunas recomendaciones para enfrentarlos. Conocido es el beneficioso aporte de las redes sociales, compuestas por individuos en función de un objetivo en común. "En que las personas pueden ampliar y estrechar vínculos, compartir experiencias y crear sentido de pertenencia", explica la especialista.
El problema se presenta cuando el usuario se vuelve adicto al mundo virtual. La mayoría de los contactos de la vida real se traslada a Internet, donde el individuo encuentra múltiples formas de asociación con otras personas, que muchas veces desconoce. "Se crean grupos cerrados con identidades propias creándose subculturas que plantean dudas existenciales", señala.
Muchas veces los niños y jóvenes van cambiando los datos reales de su vida como la edad, su nombre e incluso, el propio género con la idea de crear una persona distinta a la verdadera. "El conflicto es que con ello ponen en juego el desarrollo de su propia identidad, clave durante la adolescencia, debido a que se gastan energías en la creación virtual de sí mismos", asegura.