LONDRES.- El cannabis no sirve para aliviar
el dolor pero sí lo hace más tolerable para algunas personas, según
indica un estudio de la universidad inglesa de Oxford difundido hoy en
el Reino Unido.
Los autores del estudio, que publica en su último número la revista "Pain", descubrieron, mediante un experimento en el que utilizaron escáneres cerebrales, que la sustancia psicoactiva del cannabis reducía la actividad en partes del cerebro asociadas a la parte emocional del dolor.
En cambio, esos cambios no se registraron en la parte del cerebro asociada directamente a la sensación de dolor, que es la que se activa con otro tipo de fármacos.
Los expertos señalan que el cannabis puede hace más tolerable el dolor, aunque no en todos los casos, ya que algunas personas no son sensibles a sus efectos o estos no les benefician.
El equipo de investigadores del centro de resonancias magnéticas del cerebro de la universidad de Oxford, dirigido por Michael Lee, basó sus conclusiones en un pequeño experimento con doce personas
sanas.
A estas personas se les hizo un seguimiento de la actividad cerebral después de administrarles una pastilla de 15 mg de THC, la sustancia psicoativa del cannabis que causa la sensación de subidón,
y de provocarles dolor untándoles en la pierna una crema con el componente que da el picor a las guindillas.
También se les hizo ese seguimiento administrándoles un placebo en lugar de las sustancias anteriores.
En general, los investigadores observaron que, con el THC, los voluntarios valoraban que el dolor -con la misma intensidad- era más tolerable.
Además, notaron que se activaba la región del cerebro que determina "la reacción emocional al dolor", y no la que codifica "la sensación" de dolor, señala el doctor Lee.
También detectaron ciertos cambios en la actividad cerebral de las personas a quienes el cannabis hizo más efecto, lo que indica que en el futuro se podría llegar a predecir qué personas pueden beneficiarse más de su consumo, apunta el experto.
De todas formas, Lee subraya en el artículo que, para corroborar estas conclusiones, haría falta un estudio más amplio con personas con dolor crónico y por un plazo más largo de tiempo.
Los autores del estudio, que publica en su último número la revista "Pain", descubrieron, mediante un experimento en el que utilizaron escáneres cerebrales, que la sustancia psicoactiva del cannabis reducía la actividad en partes del cerebro asociadas a la parte emocional del dolor.
En cambio, esos cambios no se registraron en la parte del cerebro asociada directamente a la sensación de dolor, que es la que se activa con otro tipo de fármacos.
Los expertos señalan que el cannabis puede hace más tolerable el dolor, aunque no en todos los casos, ya que algunas personas no son sensibles a sus efectos o estos no les benefician.
El equipo de investigadores del centro de resonancias magnéticas del cerebro de la universidad de Oxford, dirigido por Michael Lee, basó sus conclusiones en un pequeño experimento con doce personas
sanas.
A estas personas se les hizo un seguimiento de la actividad cerebral después de administrarles una pastilla de 15 mg de THC, la sustancia psicoativa del cannabis que causa la sensación de subidón,
y de provocarles dolor untándoles en la pierna una crema con el componente que da el picor a las guindillas.
También se les hizo ese seguimiento administrándoles un placebo en lugar de las sustancias anteriores.
En general, los investigadores observaron que, con el THC, los voluntarios valoraban que el dolor -con la misma intensidad- era más tolerable.
Además, notaron que se activaba la región del cerebro que determina "la reacción emocional al dolor", y no la que codifica "la sensación" de dolor, señala el doctor Lee.
También detectaron ciertos cambios en la actividad cerebral de las personas a quienes el cannabis hizo más efecto, lo que indica que en el futuro se podría llegar a predecir qué personas pueden beneficiarse más de su consumo, apunta el experto.
De todas formas, Lee subraya en el artículo que, para corroborar estas conclusiones, haría falta un estudio más amplio con personas con dolor crónico y por un plazo más largo de tiempo.